Her, la cuarta película de Spike Jonze,
es una historia de amor (futurista, fantástica incluso, pero igualmente
romántica). Los más escépticos la considerarán irreal y sinsentido, pero a mí
me parece posible, incluso probable, que en un futuro próximo tengamos
tecnología que se asemeje mucho a personas de carne y hueso, llegando a
sustituirlas en algunas ocasiones.
Her cuenta la historia de Theodore
(Joaquin Phoenix), un hombre tímido y solitario que se gana la vida escribiendo
cartas cargadas de emociones para los demás. Acaba de salir de una larga
relación y se enamora de Samantha, un sistema operativo plenamente consciente
de su condición no-humana y sorprendentemente divertido, al que pone voz (dulce
y seductora) Scarlett Johansson.
El romance
entre hombre y máquina es tan real como cualquier historia de amor entre dos
seres humanos. Cuenta por lo tanto con todos sus ingredientes, a pesar de
desarrollarse en un contexto de ciencia-ficción: comienza con una amistad que
da paso al habitual flirteo, tras el cual los sentimientos crecen hasta llegar
a un final que personalmente me parece adecuado por su función moralizadora: el
broche perfecto para una historia inverosímil.
Se crean, además, situaciones
paralelas a las de una película romántica convencional que están cargadas de
humor. Me parecieron un gran acierto, pues resultan refrescantes entre las
exageradas dosis de romanticismo, excesivas en ocasiones.
Éste es único
pero que puedo ponerle a un magnífico film ambientado en Los Ángeles, con una
fotografía excelente y una actuación impecable de Joaquin Phoenix, que se
merecía, en mi opinión, una nominación al premio Oscar. La música de la banda
canadiense de rock independiente Arcade
Fire anima aún más los casi 130 minutos de Her, que se me pasaron volando.
Por último,
considero que lo que hace realmente especial a esta película es el modo en que
se desarrolla su argumento. El amor entre un hombre y una máquina es, en parte,
un brillante toque de atención de Jonze (guionista y director), dirigido hacia
un público cada vez más obsesionado con los gadgets electrónicos: la película
transmite el mensaje de que la tecnología no puede hacer que tu vida sea
perfecta, aunque el tema principal sea amoroso. Este aviso hará que la película
“escueza” a los espectadores más enganchados a los “antepasados” de Samantha. Her no deja a nadie indiferente.

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