En su libro Las
palabras de la tribu (1994), Francisco Umbral opina sobre uno de sus mayores mentores, César González
Ruano, como parte del análisis de los escritores españoles del siglo XX que
supone esta obra.
Umbral
escribe desde lo general hacia lo particular: comienza hablando sobre la
aparición del individualismo en el pensamiento humano para acabar destacando a
González Ruano como su máximo representante. No se trata de un análisis
literario ortodoxo y académico, pues Umbral mezcla rasgos puramente teóricos de
la obra de González Ruano con anécdotas personales que vivió junto a él (como
las fiestas que no tenía dinero para pagar).
Estas historias reflejan la época
que vivieron, marcada por la dictadura, con información sobre la situación en
el plano político (la ideología falangista imperante) pero también con un
enfoque costumbrista (explicando cómo los autores se reunían para conversar y
compartir opiniones en bares y cafés). Esta mezcla de teoría literaria y humor
ácido es característica del estilo original y peculiar de Francisco Umbral, que
no deja a nadie indiferente.
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