El 1 de Febrero de 1758 se publicó el primer periódico español, de nombre Diario
noticioso curioso erudito y comercial público y económico, cuyo autor era Francisco Mariano Ninpho. Este
primer periódico se diferencia de los actuales en muchos aspectos:
Su primera página está escrita
como un editorial, en la que el autor trata de captar la atención del público
mediante la falsa modestia, con la figura retórica de Captatio Cenevolentiae. Publicado en el siglo XVIII, época de la
ilustración, este periódico tiene como objetivo mejorar
su país difundiendo la cultura y educación con un enfoque práctico, y carga
contra aquellos que podrían ser útiles a su patria pero pierden el
tiempo en estudios inservibles e incluso nocivos y en la sátira (críticas).
Puede apreciarse aquí el carácter
personal e individual (y por
tanto subjetivo) de estos primeros periódicos, que contrasta con el colectivo y
objetivo de los periódicos actuales. Éstos, además, reservan las páginas
iniciales para noticias importantes, mientras que los elementos didácticos y
subjetivos aparecen normalmente al final.
Se aprecian también muchas diferencias ortográficas: -V.- como la
abreviatura de “vuesas mercedes” (“ustedes”), el empleo de muchas más letras
mayúsculas que en la actualidad, la utilización de -f- en lugar de -s- (que era
generalizada y aparece en palabras como España), o de -à-, un tipo de
acentuación que ha desaparecido en nuestros días. También puede observarse
leísmo (“desea lograrle”) y laísmo (“se la
dispensará”). El periódico Incluye erratas como “erudiditos”. Estos errores
eran muy comunes, pues el proceso de revisión no era tan completo como el
actual y con la tecnología de la época las correcciones eran imposibles. Sin
embargo actualmente son muy más sencillas, sobre todo en las ediciones
digitales, por lo que las erratas son prácticamente inexistentes.
Se publicaban también anuncios que buscaban poner en contacto a aquellos que necesitan
algo con quienes lo ofertan y, como las calles carecían de números, las
direcciones parecen indicadas oralmente, ocupando mucho más espacio que en la
actualidad. Se ofertaban y demandaban servicios de criados (el encabezamiento
es AMOS Y CRIADOS) un negocio próspero entonces, que desapareció
progresivamente. Esta oferta y demanda de criados es un reflejo del pasado que
ejemplifica cómo ha evolucionado la sociedad. El último párrafo de esta sección
es otra muestra de personalidad, un ejemplo más del carácter individual del
periódico en sus comienzos, opuesto al actual.
Otra diferencia notable es la cantidad de periódicos publicados en la
época del que ahora tratamos, así como su precio:
Hay muchos más periódicos a la venta actualmente, elegidos por los lectores
principalmente en función de sus tendencias ideológicas. El precio pasa de dos
cuartos a rondar los 1,5€.
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