El periodista
y escritor Jose María Carretero Novillo (1887-1951) es conocido por haber popularizado
la entrevista en España. Ocultando su identidad tras el seudónimo de “El
caballero audaz”, renovó la entrevista introduciendo elementos más propios de
otros géneros como el relato o la novela: el entrevistador participaba
activamente y buscaba siempre elaborar un perfil psicológico del entrevistado,
alejándose del rápido cuestionario.
Para conseguir
sus objetivos, El Caballero Audaz solía desplazarse a la casa del personaje que
entrevistaba, buscando un ambiente más distendido, en el que el entrevistado se
sintiera relajado. Sus reportajes se publicaban ilustrados con una o incluso
varias fotografías, algo novedoso y también caro para la época.
La entrevista
con Pío Baroja, publicada en el número 44 (noviembre de 1914) es un ejemplo
perfecto de las innovadoras técnicas utilizadas por El caballero audaz:
comienza describiendo la casa de Baroja sin escatimar en los detalles, para
luego transmitir al lector rasgos físicos característicos del entrevistado.
Posteriormente comienzan a charlar, y le pide a Baroja que cuente algo sobre su
propia vida (su infancia, estudios e inicios en la profesión), buscando la
atmósfera de distensión y el trato personal que caracterizan al caballero audaz.
Una vez que consigue que Baroja
se encuentre más cómodo, se permite formular preguntas que pueden ser
consideradas incómodas e incluso descorteses, como la de las ganancias del
escritor. Aquí, Jose María Carretero muestra de manera clara su opinión
personal, con su propia voz (otro de los rasgos que definen su trabajo) expresando
su sorpresa ante la respuesta obtenida. Logra, además, que Baroja se sincere y
obtiene respuestas polémicas, como sus opiniones críticas acerca del trabajo de
Jacinto Benavente o Emilia Pardo Bazán.
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